domingo, 16 de octubre de 2016

A través de la ventana.

   Para experimentar otra vida, no es necesario ir tan lejos. Incluso, para conocer a nuevas personas, basta con mirar a través de la ventana. Eso precisamente era lo que ella solía hacer. Disfrutaba observar a la gente, detallarlas, analizarlas, inventar historias de sus posibles vidas y costumbres; tal vez podrá parecer tonto, pero para ella no lo era en absoluto. 
   Era algo tan normal hacerlo, como tomar café todas las tardes. Pero había una razón principal por la que le gustaba observar los balcones de aquel edificio, y específicamente, observar -con la sensación de que estaba siendo observada también- el piso número nueve. 
   ¿El motivo? En realidad, ella misma lo desconocía, pero tenía el leve e importante presentimiento, que allí en ese cercano lugar, había alguien que le cambiaría la vida, alguien que estaba esperando desde hace muchísimo tiempo, alguien que podría ser esa persona que tanto quería querer... Y no tardó en descubrir que, ciertamente, justo eso era lo que le acontecía: conocer a través de una ventana y de una pequeña distancia, al amor que le traería una oleada profunda de emociones y esperanzas.

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